El 25 de julio cumplí un año de jugar Final Fantasy XI. No recuerdo como es que exactamente me decidí a comprarlo. Había tenido antecedentes jugando Gunbound y MU Online, pero no recuerdo el factor decisivo por el cual me animé a jugarlo, más aun habiendo de por medio una mensualidad.
Digan lo que digan, para mí es muy chido jugar FFXI, aun recuerdo cuando mataba conejos, no sabía nada de nada, me la pasaba en West Ronfaure, persiguiendo bats, conejos, gusanos y uno que otro orco. Me la pasaba muy bien ahí, en el bosque, unas veces nublado, otras soleado y unas tantas mas de noche.
Siempre tenía esa curiosidad por adentrarme mas, rumbo a La Theine Plateau, pero me había advertido que no fuera ahí, porque había monstruos que me matarían. Y claro, la curiosidad se impuso y caminé y caminé hasta ver una oveja, no le di importancia y me puse a matar conejos, cuando de repente, ¡paz! siento un golpe que me baja la mitad de mis puntos de hp. Volteo y una ovejota me estaba atacando.
Corrí y corrí, gritando mamaaaaaa, pero nadie podía escucharme, hasta que se me ocurrió teclear en el chat de la LS por ayuda, claro que en ese entonces no sabía que en esa etapa del juego nadie te ayuda, jajajaja. Recuerdo claramente que entré a la ciudad y la ovejota desapareció y me quede a solo 5 puntos de morir.
Muchas anécdotas me han pasado en Vana'diel. Desde ser muerto por un vil conejo, hasta ser muerto por un gigante en la isla de Qufim. Tuve la dicha de criar un chocobito, Black Cloud era su nombre, sin embargo tuve que abortarlo, pues no tenía el tiempo suficiente para ver por el.
Como dice Coke, FFXI no es un videojuego, es una comunidad. Ahí he conocido a muchas personas y con algunas he entablado amistad, incluso con Coke, que se ha convertido en mi mentor. Orochi, que me ha ayudado mucho también, mi general Zapata que siempre ha sido muy buena onda conmigo, Tessio que me ha ayudado a matar yagudos.
Un año ha pasado, aunque ya no juego tanto como quisiera. Aun queda mucho por descubrir, mucho que esperar... por party. :P
Creo que este ha sido el único juego que me ha mantenido el interés por tanto tiempo. Incluso aun mas que el Guitar Hero II, que se ha vuelto una tortura jugarlo, pues en nivel difícil, solo puedo tocar una canción y terminar con un dolor de mano que me dura toda la tarde.
Coke me pasó un video de una orquesta sinfónica japonesa tocando el tema de Ronfaure y la verdad desató un montón de recuerdos, los flashbacks invadian mi mente y las lágrimas mis ojos. Adoro Final Fantasy XI, me gusta correr por todo el mundo en chocobo, me gusta chatear en la LS esperando por party, me gusta perder el tiempo pescando y haciendo negocios en la Auction House.
Como olvidar esas locas, frenéticas y desenfrenadas carreras por la vida, en la que un monstruo te venía persiguiendo y estabas a punto de morir, tecleabas pidiendo ayuda y gritando tu posición, checando el mapa cada 5 segundos para no perderte y poder llegar a la ciudad para librarte de la muerte segura a manos del monstruo, (que muchas veces fue un conejo).
Y sí, no me da pena confesar que soy un Ryoga (de Ranma 1/2) en el juego, pues me pierdo a cada rato y siempre tengo que checar el mapa porque de alguna forma u otra termino yendo para el norte cuando quería ir para el sur. En fin, tantas cosas han pasado en un año. Me pregunto, por cuanto tiempo mas seguiré... Imposible saberlo, solo queda disfrutarlo lo mas que pueda hasta donde llegue.
Digan lo que digan, para mí es muy chido jugar FFXI, aun recuerdo cuando mataba conejos, no sabía nada de nada, me la pasaba en West Ronfaure, persiguiendo bats, conejos, gusanos y uno que otro orco. Me la pasaba muy bien ahí, en el bosque, unas veces nublado, otras soleado y unas tantas mas de noche.
Siempre tenía esa curiosidad por adentrarme mas, rumbo a La Theine Plateau, pero me había advertido que no fuera ahí, porque había monstruos que me matarían. Y claro, la curiosidad se impuso y caminé y caminé hasta ver una oveja, no le di importancia y me puse a matar conejos, cuando de repente, ¡paz! siento un golpe que me baja la mitad de mis puntos de hp. Volteo y una ovejota me estaba atacando.
Corrí y corrí, gritando mamaaaaaa, pero nadie podía escucharme, hasta que se me ocurrió teclear en el chat de la LS por ayuda, claro que en ese entonces no sabía que en esa etapa del juego nadie te ayuda, jajajaja. Recuerdo claramente que entré a la ciudad y la ovejota desapareció y me quede a solo 5 puntos de morir.
Muchas anécdotas me han pasado en Vana'diel. Desde ser muerto por un vil conejo, hasta ser muerto por un gigante en la isla de Qufim. Tuve la dicha de criar un chocobito, Black Cloud era su nombre, sin embargo tuve que abortarlo, pues no tenía el tiempo suficiente para ver por el.
Como dice Coke, FFXI no es un videojuego, es una comunidad. Ahí he conocido a muchas personas y con algunas he entablado amistad, incluso con Coke, que se ha convertido en mi mentor. Orochi, que me ha ayudado mucho también, mi general Zapata que siempre ha sido muy buena onda conmigo, Tessio que me ha ayudado a matar yagudos.
Un año ha pasado, aunque ya no juego tanto como quisiera. Aun queda mucho por descubrir, mucho que esperar... por party. :P
Creo que este ha sido el único juego que me ha mantenido el interés por tanto tiempo. Incluso aun mas que el Guitar Hero II, que se ha vuelto una tortura jugarlo, pues en nivel difícil, solo puedo tocar una canción y terminar con un dolor de mano que me dura toda la tarde.
Coke me pasó un video de una orquesta sinfónica japonesa tocando el tema de Ronfaure y la verdad desató un montón de recuerdos, los flashbacks invadian mi mente y las lágrimas mis ojos. Adoro Final Fantasy XI, me gusta correr por todo el mundo en chocobo, me gusta chatear en la LS esperando por party, me gusta perder el tiempo pescando y haciendo negocios en la Auction House.
Como olvidar esas locas, frenéticas y desenfrenadas carreras por la vida, en la que un monstruo te venía persiguiendo y estabas a punto de morir, tecleabas pidiendo ayuda y gritando tu posición, checando el mapa cada 5 segundos para no perderte y poder llegar a la ciudad para librarte de la muerte segura a manos del monstruo, (que muchas veces fue un conejo).
Y sí, no me da pena confesar que soy un Ryoga (de Ranma 1/2) en el juego, pues me pierdo a cada rato y siempre tengo que checar el mapa porque de alguna forma u otra termino yendo para el norte cuando quería ir para el sur. En fin, tantas cosas han pasado en un año. Me pregunto, por cuanto tiempo mas seguiré... Imposible saberlo, solo queda disfrutarlo lo mas que pueda hasta donde llegue.