Diciembre ha pasado, ha sido una especie de limbo. Ahora que la ultima festividad relacionada con la temporada navideña, el 6 de enero ha pasado. Puedo hablar ya en perspectiva de lo que fue el 2010.
El año de la pausa. Así es como lo puedo describir en una sola palabra. El resultado de mi demanda laboral salió a finales del 2009, pero por cuestiones buroctáticas todo el 2010 fue de largas y más largas. Asimismo fue el año en que me cambié de casa.
Ahora estoy viviendo en una casa cuadruplex, que realmente es un departamento de planta baja, el cual estoy pagando con el sudor de mi trasero. Diría que de mi frente, pero como paso ocho horas diarias sentadas en una oficina gubernamental... bueno, ya se imaginarán.
El cambio de casa también está relacionado a una especie de pausa, dado que en el fraccionamiento donde vivo no hay nada... ni vecinos, ni servicios, ni... nada. Lo único que tengo es agua corriente, drenaje y energía eléctrica.
En este diciembre al parecer, se han mudado mas personas a mi privada. Ya lo constataré cuando regrese de vacaciones. Y aparentemente ya hay internet con una empresa que se llama internet sin cables, la cual está orientada más que nada a brindar el servicio a cibercafés en zonas de difícil acceso.
Espero que no cobren tan caro, tratándose de un servicio casero. Y bueno, 2010 también fue un año que estuvo lleno de vacaciones. Tuve 6 semanas en total oficiales, mas los puentes respectivos. Y de cierta manera, las vacaciones también son una pausa que haces en tu trajinar diario.
También tuve una pausa económica, por no decir recesión. Como me mudé de casa, tuve gastos extraordinarios para acondicionar mi casa, la mudanza y demás detalles que aunque esperados y duramente solventados, no hubo posibilidad de ahorro alguno.
E incluso, un par de semanas antes de recibir el dinero generado por salarios caídos estaba que me llevaba Pifas... (jejeje Pifas).
No se que esperar del 2011. Realmente deseo que sea un año de crecimiento. Un año que me permita ahorrar dinero, bajar de peso, cuidar más mi salud, crecer en mi trabajo, utilizar el tiempo libre en algo productivo. Y... hacerme de cosas materiales.
Desde hace un año mas o menos, incursioné en el budismo, el cual me ha servido para aprender a no darle importancia a las cosas materiales, el desapego y la impermanencia son conceptos que me han gustado mucho y que he tratado de poner en práctica en mi hacer cotidiano.
Sin embargo, he llegado a la conclusión que necesito un hogar. Una casa que sea comoda, agradable, pero sobre todo acogedora. Ya estoy cansado de la rigidez del minimalismo, de la frialdad de paredes blancas vacías, que parecen una celda monástica.
Claro, seguramente dirán que como puede ser así, si tengo... tenía una iMac, Xbox, pantalla. Pero aun así, el hecho de tener una silla y una mesa donde poner los aparatos, no hacen del conjunto un lugar acogedor.
Tengo amigos que quizá así les guste vivir y quizás a mi me gustaba de igual manera, pero ya no más. Necesito un lugar que me permita sentir que tengo una base. Un muelle a donde regresar.
Supongo que quizás este sentimiento se incrementó al ser víctima de los amantes de lo ajeno y no porque se hayan llevado mis cosas, sino porque el lugar que consideraba seguro, no lo es. Pero eso no será detenimiento para forjar mi hogar.
Según yo, era una persona que no le gustaba fijarse metas, objetivos, que le gustaba vivir libremente a donde le llevaran los aires del destino, haciendo camino al andar, forjando mi vida paso a paso, pero en realidad si tenía una idea clara de lo que haría.
La decada anterior fue un duro período de experimentación a base de prueba y error. Del 2000 al 2001 trabajé en mercadolibre.com la mayoría del 2001 estuve desempleado y en depresión, claro en ese entonces no sabía que estaba deprimido.
En el 2002 inicio una aventura yéndome a vivir a Toluca, del 2002 al 2007 fueron años de malas decisiones, de no saber que quería de mi vida, de querer regresar a vivir al DF, la ciudad que tanto amo, pero que ya no podría vivir ahí.
Fueron años de tratar de seguir al amor y fracasar, de endeudarme con tarjetas de crédito, de vivir depresiones por los fallecimientos de mi abuelo, abuela, padre y hermano. De círculos viciosos y de... bueno, de muchas cosas fallidas, pero también logradas.
Solo que en balance, no fueron tan buenos como debieron ser. De hecho el 2006 fue el año en que me divorcié, y a finales del mismo regresé a Toluca nuevamente. 2007 continué depre y con problemas de deudas demasiado serios.
En el 2008 decidí que sería el año en el que saldría adelante, en el que pagaría todas mis deudas y empezaría de nuevo. Fue un año muy pesado, haciendo el esfuerzo por ahorrar hasta donde era posible y liquidar adeudos,.
Durante el 2009 terminé de pagar algunas cosas y pude permitirme un cierto respiro, actualmente solo quedó un adeudo que he decidido no pagar, pues ha quedado en el limbo. Durante este respiro en el que realmente sentí que habían terminado mis problemas, fue cuando decidí comprar casa.
No lo niego, la segunda mitad del 2009 fue agradable, el experimentar tener todas las deudas bajo control y verlas extinguirse ha sido maravilloso. Sin embargo nunca imaginé lo que el 2010 tenía deparado para mí. Una pausa gigantesca.
Independientemente de todo lo demás, el volver a experimentar una apretada situación financiera, aunque no tan drástica como la de 2008 me sacó de balance, sin embargo me permitió reconocer que siempre hay que estar preparado para lo inesperado.
Y no sólo que por salir de una racha mala, no habrá otra de nuevo.
Así que espero que este 2011, el cual inicia muy bien, se mantenga así. Del dinero, resultado de la demanda laboral, ha sido bien gastado. Orgullosamente puedo decir que no despilfarré nada más allá del presupuesto que designé para despilfarrar, jejeje.
Y aunque ya no resta nada de esa pequeña fortuna, me ha permitido un inicio acelerado en lo que respecta a mis planes y objetivos, que ahora ya los tengo.
El principal, es ocuparme de mí. Como dice mi mamá, "me he dejado mucho ultimamente". No se si decir la típica frase "no es para menos" sirva de justificante, pero lo que si es cierto, es que me abandoné durante estos tres últimos años, por muchas causas.
Solo me resta decir que este será el año en que estaré más en contacto con mi lado gay, bajaré de peso, que me compraré ropa y ya no pareceré retrato, que tendré un estilo de vida saludable, que ocuparé mi tiempo libre en algo productivo... si ya sé que me estoy repitiendo, pero quiero que este post quede guardado y que sea un recuerdo para mi mismo, el cual releeré al final del año y me ayudará a decidir si tuve éxito o fracasé.