jueves, 7 de abril de 2011

Otra vez, abril...

Y el oscuro manto de la noche cae sobre mí, cobijándome para llevarme más allá de las estrellas y quizás nunca regresar.

Sin duda ha sido un mes difícil, desde mi último post. Difícil financieramente hablando por eventos que han surgido inesperadamente y que he sorteado lo mejor que he podido. Debo decir que han sido altibajos intensos pero frecuentes. Peor que montaña rusa, mas bien como si prendieras y apagaras un foco... o bombillo eléctrico.

Sin embargo, creo que estoy en la recta final. En un par de semanas partiré hacia Europa. Alemania concretamente. Pero hasta que ese día llegue, tendré que seguir lidiando con cosas mundanas aquí.

Estoy cansado de no hacer nada. Y sin embargo no quiero hacer nada más. No se que me pasa, ¿una depresión tal vez? No lo creo, simplemente estoy harto de un empleo que no ofrece emoción alguna y de tener demasiado tiempo libre.

Y no me vengan conque podría hacer muchas cosas con el tiempo de sobra, simplemente odio abril. ¿Qué tiene que ver? No sé, pero lo odio. Por lo pronto, Prokofiev ha hecho que su música adorne la caída en espiral por el vacío, justo como Romeo sobre la tumba de Julieta.

Sin dudarlo, ha hecho a abril un mes más soportable y el saber que a fin de mes estaré de viaje me alegra mucho, solo debo de ser paciente y esperar. Falta poco. Ya tengo casi todo listo, pasaporte, euros, medicinas, curiosamente solo me falta una maleta.

Estaba pensando en una Samsonite, aunque no se si rígida o normal. Pero bueno, en eso consiste el placer de la vida, en poder ver y escoger. Y sobrellevar la broma, la broma de abril y la broma de Prokofiev, burlense todo lo que quieran.

1 comentario:

Rwddael Argonar Nyrennsen dijo...

Disfruta del primer mundo! Y si puedes no regreses; yo me encargo de tus asuntos acá.

Si regresas no olvides mis cigarros.