Seguramente mis lectores más antiguos saben que odio este mes. Afortunadamente la semana santa ya pasó, que es una de las cosas que más me molestan, bueno en el sentido religioso, no que desprecie los días de descanso, jejeje.
Justo esta noche los efectos de abril se han dejado sentir, estaba muy preocupado por un amigo que dejó de conectarse de repente, después me entero que lo asaltaron y bueno... afortunadamente está bien. Aparte me acaba de hablar mi mamá por teléfono, para decirme que se murió una de sus buenas amigas.
Está triste, pero al final comprende que es inevitable y que era el destino, pues falleció dormida. Sin embargo eso me hace preocuparme aun más de lo que ya estaba porque me hace reflexionar en el tiempo, cuya marcha imparable no perdona a nadie. Ojalá que a mi mamá le queden aún más años de vida. Solo el mismo tiempo lo dirá.
Bueno y en todo caso, que yo tenga aun más años por delante. Pero bueno, creo que no debería pensar en eso. Bastante tengo ya con la logística del cambio de casa y el maldito herrero. Me pregunto si hay alguna especie de maldición de los herreros, así como la de los gitanos...
Por otro lado, en este mes espero que ya quede cambiado de domicilio totalmente. Me urge tener todo en orden, cuando llego al depa y veo todo en cajas y en un rincón, me deprime un poco. Después de todo pasé muchos buenos momentos en este lugar, desde reuniones con amigos, dandóle duro al Rock Band, jugando Dungeons & Dragons, interminables platicas con buenos amigos...
Ni hablar, termina una época y empieza otra.