Creación

No se por qué me han dado unas inmensas ganas de producir. Es como cuando uno se abstiene de tener sexo durante mucho, mucho... mucho tiempo. Y de repente te ves envuelto en una pasión que invade tu visión y el mundo se vuelve una cama inmensa en donde quieres revolcarte y darte un festín que involucre desde una sutil sensación en la uña de tu meñique hasta perder la conciencia y volverte solo un zombie creador de fantasías y sueños.

Me invade esa sensación de querer hacer algo, pero no se qué. Definitivamente tiene que ser algo que desgarre los sentidos y parta la incorpórea normalidad de la mediocridad, algo que vibre y haga crack en lo más profundo del espectador, cuya belleza no radique en sus ojos, sino en mi conciencia, cuyo mas estricto sentido de la cordura se desintegre en mis entrañas y la paradoja se convierta en entropía.

Una entropía que sea la disolución de lo bello y lo grotesco, en donde una gota de sudor maloliente inspire la más baja pasión animal y atraiga la mas dulce ilusión humana. Donde mi vómito revuelto de ideas y sueños se convierta en bálsamo para los labios, en miel aglutinante, mortero de los tabiques de la realidad mundana, que se moldee en estructura sin sentido, en un caos ordenado y que el espectador quede pasmado ante tal muestra de desprecio por su lucidez.

Que simplemente se quede pensando que nunca había caído en cuenta de que lo que vió, por más crudo que parezca, es sólo su existencia rodeada de muros adornados por fotos de paisajes bonitos que el mismo ha puesto y que en un descuido tapó la puerta, la puerta hacia afuera, hacia lo que en realidad es, sin contexto, en una existencia en espiral, avanzando lentamente hacia el final, el origen de todo.

Y sin embargo aun no se qué producir.