Este post no contiene spoilers.
Cuando era niño, me pasaba tardes enteras imaginando cosas, jugando a imaginar. No podía salir a la calle porque era una avenida muy transitada donde vivia, no había niños de mi edad en los alrededores y mis padres eran muy sobreprotectores.
Así que me la pasaba imaginando, jugando a que era Robin y mi hermano mayor Batman, jugando a que era el Dr. McCoy, mi hermano el capitán Kirk y un primo mío el Sr. Spock. Recuerdo que una vez vi una película de Errol Flyn, Capitán Sangre, era de piratas y de ahí nació mi amor por los grandes veleros, galeones y aventuras en el mar.
Y claro, jugar a que era pirata, pero sobre todo a los espadazos. Como olvidar los espadazos piratas, con sable en una mano y cuchillo en otra, lejos estaba de conocer los espadazos medievales. Recuerdo que mi abuelo nos fabricó dos espadas, las talló y le quedaron muy bien, aunque se rompieron después de una batalla encarnizada entre mi hermano y yo.
Había tardes en las que me gustaba subir a la azotea y acostarme a ver el cielo, a ver las nubes pasar. A imaginar como sería volar, uno de mis sueños más viejos. ¿Qué es lo que sentiría Superman en aquellas alturas? ¿Cómo se sentiría atravesar una nube gris? Más aun, me gustaba imaginar que era piloto de Galactica y que hacía maniobras complejas por todo el cielo para destruir a los Cylons.
La primera vez que me compraron el Tente, (similar al lego o al mecano), armé barcos como lo decía en el instructivo, los vi y luego los desarmé y empecé a inventar mis propios barcos con multiples propósitos y detalles agregados, después comence a hacer un sinnúmero de cosas, como aviones, e incluso un detector de invisibilidad, que podía detectar cualquier cosa o persona que estuviera oculta.
Una vez me compraron un radio portátil, no se cuanto me duró entero pero lo desarme, pude ver los transistores, la aguja, la banda y en ese momento dejó de ser un radio, se volvió un radar. Era tal mi imaginación que el radar portatil podía detectar la dirección de donde se encontraban mis amigos.
Una tarde lo llevé a la escuela, era de esas primarias grandísimas que ocupaban casi una cuadra entera y que tenía muchisimo terreno para canchas de futbol, voleyball y otras areas simplemente eran pasto, entrando a la escuela, decidí probar mi radar, moví la aguja con un engrane y señalo a la izquierda, decidí seguir esa dirección y cual sería mi sorpresa que más adelante al otro extremo ahí estaban, lo cual era bastante raro porque nunca andaban por esa zona.
Me asombré muchísimo que me dio miedo, tanto que dejé de usarlo, pues si caia en malas manos serí un artefacto peligroso. E incluso creo que hasta lo terminé destruyendo.
Mi vida transcurrió así, hasta que llegué a la secundaria y preparatoria. Y aunque seguía imaginando, lo dejé de hacer un poco y me cuidaba de no externarlo, pues los demás compañeros de la escuela me hacían burla.
El problema o efecto secundario indeseable fue que no pasaba de la imaginación a la acción. Podía pensar muchas cosas, pero llevarlas a cabo me resultaba de lo más difícil. Casi imposible, esto pasó sobre todo en la prepa, fueron muchos los momentos de frustración, por no tener ni siquiera la habilidad manual para hacer lo que imaginaba.
Y los proyectos que tenía, siempre se quedaban en proyectos. Fue hasta la universidad que concocí a una persona que es muy emprendedora, que tenía visión para hacer negocios (bueno, en ese entonces más bien eran negocitos, bisnes para sacar algo de lana y mantener al estudihambre que llevabamos dentro a raya). Gracias a esta persona, aprendí mucho. Como hacer realidad los proyectos y sobre todo, como pensar objetivamente en términos realistas.
Nunca dejé de imaginar del todo, aun lo hago pero en mucho menor medida, ocasionalmente. Un ejemplo podría ser las llamadas "chaquetas mentales" en las que te imaginas que harías si te sacaras la lotería o simplemente tuvieras mucho dinero. Es una especie de apetito que mantengo a raya. Como el hambre de patrones que sentía el personaje que interpretó Russell Crowe en Mente brillante.
Acabo de ver hace un par de horas Bridge to Terabithia. Aunque en el Canadá y en otros paises se estrenó desde febrero, apenas llegó a México. Es una película que me encantó, me fascinó y que hacía años no veía algo así. Y de hecho, hay cierta lógica en eso, pues la película está basada en un libro de 1978.
Me encantó tanto, que no podría hacer ni siquiera una sinopsis objetiva. De hecho, son de esas películas que no vale la pena escribir algo acerca de ellas, hasta que te asegures que todos tus lectores la han visto. Así es que, por favor vayanla a ver y si es posible, no investiguen nada acerca de la peli, ni siquiera vean el trailer en http://www.apple.com/, bueno quizás la sinopsis tal vez, pero de preferencia ni eso.
Confien en mi y sólo vayanla a ver.
Me gustaría volver a hacer eso, a imaginar más activamente, pero me da miedo perder piso y caer en viejos vicios.
Y para citar a un muy querido amigo: