El sábado me tuve que levantar a las 7am para poder asistir a una reunión de negocio en el DF, iba armado con mi laptop y una chamarrota porque me asomé por la ventana y vi pingüinos afuera. La reunión transcurrió normalmente y terminó a la 1:30pm, de ahí me dirigí a ver a Raúl para pasar la tarde juntos. Ya después me lancé con Mario en la noche a
La Victoria, para ir al concierto de
Explosions in the Sky.
El concierto estuvo fenomenal, una superbanda que en verdad entrega todo en el escenario. La pasión con la que tocan pocas veces la había visto en otras bandas en concierto. Todo iba tranquilo hasta que una niña enfrente de nosotros se desmayó. La verdad es que no había caído en cuenta, pero enfrente de nosotros había una pareja de novios, como de 21 años si acaso, un par de taru tarus, de hecho me recordaron mucho al taru taru canadiense, pues eran similares en estilo y complexión.
Mario como pudo, sujeto a la chava y entre los dos la llevaron a la parte de atrás, donde está la barra. La verdad si me saqué de onda, pues me tocó ver la expresión de la chava. Simplemente se desactivó, ni siquiera cerró los ojos, su expresión neutra con los ojos medio abiertos y la mirada perdida hacia arriba, al sostenerla entre el novio y Mario, parecía una muñeca de trapo, me recordó el
aveda kedavra. De momento neto que sí pensé que ya la chava había expirado, cuando reaccioné vi que en el suelo estaba una chamarra, paraguas y los zapatos de la pobre chava, me agaché a recogerlos y dárselos, pero cuando voltée se habían perdido en la multitud, por lo que decidí quedarme ahí esperando.
Todo el resto del concierto me la pasé un poco preocupado, pues Mario no regresó y aunado al género que toca la banda mi mente fantaseó con lo que pudo haber pasado si en realidad la chava hubiese fallecido, hasta pensé en un post con todo y titutlo para poner aquí "Explosiones y muerte". Afortunadamente la chava, como ya dije, solo se desmayó. No se si fue esa situación extraordinaria, pero el concierto me pareció aun más fabuloso.
Al final, Mario regresó, le di las cosas, se las llevó al novio que estaba preocupadísimo. Realmente me sentí mal por ellos, todo les salió mal, incluso, cuando se desmayó la chava, sólo Mario les ayudó, todos los demás voltearon viendo a la chava con desprecio pues pensaron que estaba pedísima y la indiferencia cruel de la muchedumbre también me afectó sobre manera, creo que la forma más cruel que pueda tener el ser humano es la indiferencia total.
Después de que terminó el concierto nos quedamos ahí, Mario tomando una cerveza y yo Torres con coca light, por aquello de la dieta. Platicando del concierto, de lo fenomenal de la banda y de como logramos conseguir los autógrafos de ellos. Un concierto con todo y desmayada, jajaja. Ya nos daba risa, pues había pasado, pero pues pobres escuincles, ojalá aun así hayan podido disfrutar el concierto.
El concierto terminó como a las 2am, en lo que esperamos a que saliera la banda y conseguir los autográfos y que nos quedamos tomando la copa, nos dieron las 3:40am, yo ya iba por mi tercer Torres, que ya a esas alturas se había convertido en Torrent, en una de esas ligeras confusiones lingüísticas que el alcohol provoca cuando se toma en suficientes cantidades. Mario iba en su 4ta. cerveza. En ese momento tuvimos que tomar una decisión muy importante.
O nos íbamos a la Terminal Poniente (Observatorio) y esperar ahí sentados hasta las 5:30am a que saliera el primer autobús a Toluca, o... irnos a otro antro. Investigando con el barman que ya para entonces era nuestro cuatazo, nos dijo que podíamos ir a: "El tacón" que ahí estaba muy tranquilo, que va de todo y cerraban hasta muy tarde... o muy temprano, jejeje.
Después de haber tomado la decisión obvia, nos dirigimos raudos y veloces al antro, claro no sin antes disfrutar de una platica de taxista típica de las 4am. Incluso el mismo taxista nos dijo que ese lugar era muy tranquilo y que iba de todo, etc.
Pues bien, cuando llegamos al "Tacón" -que no recuerdo si era con k-, parecía que estaba cerrado, y los cristales todos tipo espejo, no podías ver nada hacia adentro. Nos abrieron, el lugar estaba semi vacio, entramos y... ¡gulp!
Un tugurio que aunque muy limpio, en verdad había de todo. Inmediatamente recordé los textos que había escrito "AMLO toma el DF" pues según yo lo que mencioné en esos textos era ficción sacada de lo más recóndito de mi imaginación, ahí estaba hecho realidad. Ni más, ni menos.
Putas, malafachas, chavillos, música de Shakira y un cuarto oscuro. No era como tal un cuarto oscuro pues había mesas, sólo que no había luz todo en penumbra, un
we sentado en una esquina rumiando su miseria, otros dos platicando de su vida, y otras mesas vacías. Cabe aclarar que ese cuarto estaba al fondo y antes de llegar pasabas por la barra y otras mesas que estaban llenas de parejas de chavillos, de weyes con malafachas y de chavos con chavas que buscaban un lugar íntimo para terminar la noche con besos... no podría decir de lengüita, más bien de lengüota y bailando de a cartoncito de cerveza.
Me dije a mi mismo, efectivamente aquí viene de todo. Mario y yo nos quedamos viendo, sentados en una mesa en el cuarto oscuro, pues era el único lugar en donde había mesas vacías. Así que nos sentamos, nos quedamos viendo y soltamos una carcajada, ¡No mames! ¡¿A dónde rechingados nos mandaron el puto barman y sus meseros?! Jajajaja, lejos de que el lugar nos amedrentara nos sentimos contentos de vivir una experiencia de la realidad real, como dice el taru taru por excelencia.
Pocas veces tienes oportunidad de que tu vida una vez más se vea convertida en un capítulo de una novela negra escrita por Paco Ignacio Taibo III, o película mexicana reciente. Creo que desde lo del operativo en Huixquilucan que no me pasaba. Después de pedirme otro Torrent con coca light y Mario otra cerveza, decidimos irnos, pues aunque no lo crean, el ambiente estaba aburrido. Pedimos la cuenta y oh sorpresa que mi pinche torrent con coca light costó 118 pesos. Eso sí, servido con la lata puesta y en copa de cognac.
Mario dijo, "¿¡no mames, 118 varos, por andar con tus mamadas de dieta?!" a lo cual le respondí, ¡es que es copa de dama,
we! me la tienes que invitar! y los dos: ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJA!!!
Al fin y al cabo alcoholizados, Mario me convenció de que fueramos al 14. Un antro de mala muerte donde se dan cita soldados, putas, malafachas, etc. etc. Yo, a pesar de lo alcoholizado, no quería ir pues andaba cargando a mi amada laptop. Sin embargo pudo más la emoción que el miedo.
Así pues una vez más, raudos y veloces disfrutamos de nuestra segunda plática de taxista a las 5am. Llegamos a Garibaldi, la verdad a caminar como weyes pues no teníamos idea de donde quedaba el Antro 14, así que como no llegamos al 14, terminamos en el 33.
El 33 es una cantina sobre el eje central, una cuadra antes de Garibaldi. Nos metimos ahí a esperar a que hubiera metro, eran las 5:30am y lo abrían a las 7am. Así que esta vez me tomé la precaución de preguntar cuanto costaba la copa de torrent con coca light y Mario se pidió otra cerveza, ahí estaba más tranquilo, viejas y weyes bailando de a cartoncito de cerveza de nuevo, hasta cierto punto se respiraba un aire de convencionalidad, pues la rocola toco tres veces seguidas tres veces te engañé de Paquita. Incluso hice amistad con otro cuate, que contaba chistes de borrachos y en ese momento particular de la noche cobraban gracia.
Cuando dieron las 7am, desperté a Mario y nos fuimos, pues el ambiente se empezaba a poner rudo, no porque hubieran llegado malafachas y demás, sino porque había gente ya muy tomada y se empezaban a poner impertinentes.
Ya con luz de día, nos dirijimos al metro Bellas Artes y no se por que decidimos que iriamos a desayunar al Sanborns de Parque Delta. El metro a esa hora es genial, poca gente y la que hay viene saliendo de los antros igual que nosotros, con cara de parranda. Fuimos los primeros en entrar al Sanborns, cada quien pasó al baño a refrescarnos y después de desayunar opiparamente y tomar como 20mil tazas de café, nos dieron las 10am. Así pues, con el pensamiento más objetivo, decidimos que iriamos a la Gandhi de Bellas Artes.
Tomamos el metro una vez más e hicimos el recorrido que tanto me gusta caminar, del metro Hidalgo a Bellas Artes y Madero, es muy bonito caminar por ahí, ver la Alameda central, el Hemiciclo a Juárez, la fuente de la SRE, el Palacio de Bellas Artes, la Casa de los Azulejos, etc. Llegamos a Gandhi justo a las 11am y aun no abrían, así que decidimos ir al Mixup de Madero., regresamos a la librería y después de haber hecho compras, fue cuando ya nos sentimos cansados. No tengo idea de como es que llegamos a observatorio, aofrtunadamente llegamos con bien a nuestras casas.
Lo que sí, es que mis pobres hombros están adoloridos por andar cargando mi laptop. Jejeje, en plena vida nocturna de parranda y con laptop, ¡para que vean que la Cd. de México no es insegura, jajaja!