Es indudable que en México, los mexicanos nos burlamos de todo, absolutamente todo. Es decir, si nos burlamos de la muerte ¿De qué no podríamos burlarnos?.
Siempre había creído que en México no somos racistas, que nos llevábamos por igual con cualquier tipo de personas. Sin embargo, no hay que olvidar que el mero hecho de la burla conlleva un desprecio. Un desprecio que nos permite hacer llevaderos los problemas cotidianos al restarles importacia.
Pero no deja de ser un desprecio. Sé que nosotros no tenemos respeto por nada, hasta hace tres sexenios únicamente había cinco cosas de las cuales burlarse era imposible, so pena de linchamiento en la plaza pública.
El Papa, la Virgen María, la Selección Mexicana de Fútbol, el Ejército y el Presidente. De las cuales a la fecha sólo queda la Virgen María. Y no pongo en duda que en futuros años pierda ese respeto, con el surgimiento de muchas sectas, religiones y demás sistemas de creencias de la nueva ola.
No es que me importe quien pierda el respeto y quien logre mantenerlo en una sociedad cada vez mas inculta e insulsa. Pero todo desprecio conlleva un riesgo. ¿Hasta dónde se subestima o se menosprecia inocentemente?
Ahora con el asunto mediático del cantante Kalimba, se ha soltado una retaila de chistes racistas en contra de su persona. Nuevamente, ¿hasta dónde es una simple burla y hasta dónde se cruza esa delgada línea donde el desprecio conlleva ira y odio?
Como mexicano, estoy empezando a creer que ningún tipo de burla es sana. Como homosexual, diariamente sufro este tipo de guasas inocentes que utilizan las personas para tratar de asimilar algo que no comprenden y que no les gusta del todo.
Pero sufrir este tipo de desprecio constante, es desgastante. (Sí ya sé, debí escribir agotador, pero la cacofonía al estilo Memo Ríos es deliciosamente irresistible).
No dejo de sentirme como un minusválido. Tengo que estar constantemente probando mi valía como persona, merecedora de la aprobación de idiotas que creen que cualquiera que esté fuera de la mediocridad, debe de ser objeto de burla y rechazo.
E incluso justo ahorita, en Twitter acabo de leer un chiste que implica violencia contra las mujeres junto con racismo por el color de la pel de una persona. Como diría el cineasta cubano Tomás Gutiérrez Alea alias Titón ¿Hasta dónde se puede llegar? Hasta cierto punto.
Lo malo es que nadie sabe cual es ese punto que marca hasta donde termina el gris y comienza el negro.
Creo que estoy a un paso de convertirme en sociópata.
3 comentarios:
Cierto, las burlas y chistes satirizando a personas no son generalmente por los errores que cometió. Los chistes de Kalimba no hacen referencia a que estaba caliente o a que no fue cuidadoso de ver con quién se metía sino a que es negro. Con Carstens igual, nadie dijo que era irresponsable y rapaz, sino gordo, etc...
El ser humano se agrede, se jode, se castra todo el tiempo por cualquier razón, a la menor provocación; unos más que otros. La "violencia" es una actividad natural y constante en nosotros, por tanto es inevitable en cualquier relación o interacción humana.
Qué gusto que escribieras de nuevo :)
Coincido en que me dá gustomleer un nuevo escrito suyo, Maestro.
Lo que queda es no hacer personal el contenido de una sátira. Creo que simplemente es lo más sano. Cuando otros se dan cuenta de que no logran alterar la fé de una persona en sí misma por medio de su desprecio, tarde o temprano se cansan. Ya sea que terminen buscando otro al cual joder, o que realmente lleguen a apreciar a la persona por el ser humano que es, de ambos modos, la violencia termina.
Como decía el buen Gandhi: La violencia es una cadena de la cual todos somos un eslabón. Pero nosotros decidimos si continuar esa cadena o no.
¿Qué se puede esperar de una sociedad que muestra tanto desprecio por los demás y un deseo desenfrenado por el dinero?
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