Hace algún tiempo escribí un texto inspirado en el género de novela negra policiaca. AMLO toma el DF. Siempre he tenido el sueño escribir algo de eso, aunque no tengo definido el estilo. Desde el investigador privado, cuya oficina en blanco y negro es alumbrada a medias por un letrero de cabaret que enciende y apaga intermitentemente con luces rojas, mientras la silueta de una mujer despampanante se ve por el cristal de la puerta, el cual tiene pintado un ojo, con el nombre del personaje y abajo Private eye.
O hasta el mas clichado policía investigador mexicano, del estilo de Jesús Ochoa en Asesino en Serio o cualquier otra película de él, o incluso cualquier personaje de las novelas de Paco Ignacio Taibo III. ¿Y por que no? un Jean Reno, pero dejando de lado su rol de policía duro.
Pues bien, no se por que pero aquí está la continuación, aun no se en que terminará todo esto. Eso sí, no me importa si me plagio ideas, me robo personajes o termino haciendo una historia típica en la que el mayordomo fue el asesino, esta serie de textos la escribo por placer mismo y no con el afán de hacer un trabajo formal y serio. Así que no critiquen, solo diviertanse. Les sugiero leer AMLO toma el DF, antes de seguir leyendo.
************************************************************************O hasta el mas clichado policía investigador mexicano, del estilo de Jesús Ochoa en Asesino en Serio o cualquier otra película de él, o incluso cualquier personaje de las novelas de Paco Ignacio Taibo III. ¿Y por que no? un Jean Reno, pero dejando de lado su rol de policía duro.
Pues bien, no se por que pero aquí está la continuación, aun no se en que terminará todo esto. Eso sí, no me importa si me plagio ideas, me robo personajes o termino haciendo una historia típica en la que el mayordomo fue el asesino, esta serie de textos la escribo por placer mismo y no con el afán de hacer un trabajo formal y serio. Así que no critiquen, solo diviertanse. Les sugiero leer AMLO toma el DF, antes de seguir leyendo.
Soylent green... solo $9.00 pesos el kilo. Toda una ganga. AMLO sabe muy bien como dar pan al pueblo.
Claro, AMLO había prohibido las hojuelas de maíz, mejor conocidas como corn flakes y todas esas gringadas como el lo llamaba. Había instalado incluso fábricas artesanales de pulque ofreciendo trabajos populares a diestra y siniestra.
Después de desayunar decidí ir a ver a mi Tomandante. Quizás tendría un caso para mí, eso de no ser detective de base siempre ha sido un problema, aunque los regalitos que le consigo me ayudan mucho a conseguir un buen caso de vez en cuando.
-Mi commander! Cada día se parece más a Jesús Ochoa!
-Muy chistosito el día de hoy eeeh, Zuñiga!?
-Zubiaga, no, sólo digo la verdad mi com! Qué me tiene esta vez, mi pacificador mayor?
-Mmmjhf! Pues curiosamente te reservé este caso especial para tí, un mata-nocturnos.
-¿¿¿Mata que???
-Un cuate que decidió matar todo lo que encuentra por la noche, parece que es ultra izquierdista -y quiere hacer cumplir por sus propios medios el toque de queda. Pasa con Florita para que te dé el expediente.
-Uy, gracias por pensar en mi para este caso!
-No te hagas, si se bien que prefieres la noche al día, además tu... estilito de vida te ayudará mas de lo que crees, Zubiri.
-Zubiaga, pero a que se refiere mi comodoro?
-Te enterarás una vez que leas el expediente.
-Sale pues mi jefe, supremo guardián del orden público, custodio de las once mil virgenes, res...
-Ya cállate y pasa con Florita antes de que me arrepienta!
Sin decir nada salgo raudo y veloz de la oficina y me dirijo al escritorio de Florita, una gran señora, con clase y porte, a pesar de ser una secretaria cincuentona se viste muy bien, demasiado elegante para un trabajo como este y siempre impecablemente bien maquillada y era raíz de todo eso aunado a su amabilidad que todo mundo la respetaba, a veces más que al jefe.
-Florita, buenos días
-Tardes ya...
-¡Ah caray! Como pasa el tiempo, me dice el comandante que tiene un expediente para mi.
-Sí, así es Argelito, es este. Ya lo revisé y te sugiero que tengas cuidado, no es nada fácil. Sería bueno que solicitaras un arma, aunque sea una pistolita 22.
-No, ya sabe que yo armas nomas no, me dejan sordo. Prefiero usar mi bastón y mis zapatos de tap.
-¡Tu siempre tan bromista! Pero en serio, cuidate de verdad, no te lo digo por que sí, mira que si algo tengo es experiencia y algo me dice...
-¡Esta bien, esta bien! Iré a pedir una pistola, pero ya no se alarme mas, mire le traje unos chocolates ferrero, de los que le gustan
-Tu siempre tan considerado conmigo, por eso eres mi Argelito de la guarda
-Jejejejeje, ¿oiga, no los va a abrir?
-Pues pensaba abrirlos en la tarde, ¿por qué?
-¡Pues para que me invite uno!
-Sáquese que, ándele ya váyase a trabajar, que los contribuyentes no le pagan por platicar conmigo.
Caminé hacia la ventanilla de insumos, ahí estaba Diana quien hacía gala de ser homónima de la estatua y para ser sinceros era más monumento que la original.
-Hola Diana...
-Vaya, que milagro que viene por aquí, ya ni se acuerda de una.
-Como crees Dianita, ¡pero sabes que no me gusta usar estas cosas del demonio!
-Usté siempre tan bromista -en sus ojos se notaba esa mirada de desprecio, ese desprecio con el que te miran las mujeres cuando no les haces caso o no caes en sus coqueteos.
-Si, pero para que veas ahora si necesito un arma, algo de acuerdo con mi estilo, tendrás de esos revólveres .45, que usaba Clint Eastwood?
-No me haga risar, tenga su reglamentaria y diga que le fue bien.
-Está bien Dianita, ya me voy pues, deséame suerte.
-Usté sabe que no la necesita.
Después de firmar las formas y sellarlas por triplicado, salgo de la oficina, sin rumbo fijo.
Continuará...
-Sale pues mi jefe, supremo guardián del orden público, custodio de las once mil virgenes, res...
-Ya cállate y pasa con Florita antes de que me arrepienta!
Sin decir nada salgo raudo y veloz de la oficina y me dirijo al escritorio de Florita, una gran señora, con clase y porte, a pesar de ser una secretaria cincuentona se viste muy bien, demasiado elegante para un trabajo como este y siempre impecablemente bien maquillada y era raíz de todo eso aunado a su amabilidad que todo mundo la respetaba, a veces más que al jefe.
-Florita, buenos días
-Tardes ya...
-¡Ah caray! Como pasa el tiempo, me dice el comandante que tiene un expediente para mi.
-Sí, así es Argelito, es este. Ya lo revisé y te sugiero que tengas cuidado, no es nada fácil. Sería bueno que solicitaras un arma, aunque sea una pistolita 22.
-No, ya sabe que yo armas nomas no, me dejan sordo. Prefiero usar mi bastón y mis zapatos de tap.
-¡Tu siempre tan bromista! Pero en serio, cuidate de verdad, no te lo digo por que sí, mira que si algo tengo es experiencia y algo me dice...
-¡Esta bien, esta bien! Iré a pedir una pistola, pero ya no se alarme mas, mire le traje unos chocolates ferrero, de los que le gustan
-Tu siempre tan considerado conmigo, por eso eres mi Argelito de la guarda
-Jejejejeje, ¿oiga, no los va a abrir?
-Pues pensaba abrirlos en la tarde, ¿por qué?
-¡Pues para que me invite uno!
-Sáquese que, ándele ya váyase a trabajar, que los contribuyentes no le pagan por platicar conmigo.
Caminé hacia la ventanilla de insumos, ahí estaba Diana quien hacía gala de ser homónima de la estatua y para ser sinceros era más monumento que la original.
-Hola Diana...
-Vaya, que milagro que viene por aquí, ya ni se acuerda de una.
-Como crees Dianita, ¡pero sabes que no me gusta usar estas cosas del demonio!
-Usté siempre tan bromista -en sus ojos se notaba esa mirada de desprecio, ese desprecio con el que te miran las mujeres cuando no les haces caso o no caes en sus coqueteos.
-Si, pero para que veas ahora si necesito un arma, algo de acuerdo con mi estilo, tendrás de esos revólveres .45, que usaba Clint Eastwood?
-No me haga risar, tenga su reglamentaria y diga que le fue bien.
-Está bien Dianita, ya me voy pues, deséame suerte.
-Usté sabe que no la necesita.
Después de firmar las formas y sellarlas por triplicado, salgo de la oficina, sin rumbo fijo.
Continuará...