El fin de semana inició con una noche de videojuegos, Kumo llegó a mi casa y estabamos jugando tranquilamente Guitar Hero, cuando recibí una llamada telefónica. Era Silvio invitandome a jugar con Fernando y su hijo, así que le pregunté a Kumo si quería ir y accedió.
Llegamos como a las 10pm a casa de Fer, y después de hacer las presentaciones pertinentes, comenzamos a jugar Guitar Hero, para después jugar Wii, después de probar varios juegos decidimos jugar golf. El Tiger Woods tour PGA 2007.
Sobra decir que nos divertimos muchísimo. Eramos cinco y decidimos jugar los 18 hoyos completos. Así que nos tomó toda la noche, yo llegué a mi casa a las 7am y solo dormí tres horas pues me lenvaté a las 10am porque fueron a hacerme el aseo.
Como a eso de las 2pm fuí a la lavandería para dejar mi ropa, cuando sonó mi celular. Era Suldyn, invitandome a jugar rol en el parque del Calvario. De momento accedí y me emocioné, ya que no es fácil jugar rol. Pero ahora que lo pienso, debí de haberme negado, pues me aun me sentía muy cansado.
Llegué a mi casa, acomodé la ropa, y decidí recostarme un momento para descansar 20 minutos antes de ir, pensé en mi personaje de vampiro, en como sería, de donde sería, que clan, etc. y seguí pensando, pensando y pensando, hasta que por fin decidí levantarme y cuando miré el reloj, un grito espontáneo salió de mi boca: ¡FUCK!
¡Las 4pm! ¡Maldita sea! No hay cosa que me disguste más conmigo mismo que dejar colgado a alguien. Va contra todos mis principios. Es algo que yo jamás haría, porque odio que me dejen plantado. Ni hablar. Hablé a Suldyn para disculparme. Desafortunadamente ya era algo tarde y yo tenía que recoger al Dr. Belmont, mi cuate de Poza Rica, (el que se casó) a las 6:30pm en el Aeropuerto de Toluca.
El tiempo pasó rápidamente, más porque el gas se terminó y tuve que cambiar el tanque y/o cilindro, en esos momentos pensaba que no se podía poner peor, de acuerdo con las Leyes de Murphy, el sistema falla cuando mas se necesita y justo en ese momento todo lo que pueda fallar, fallará. Pensaba que ya había sido todo.
Tomé un taxi para ir al aeropuerto, el paisaje estaba increíble. Avanzando por el paseo Tollocan al fondo, hacia La Marquesa, inmensas nubes negras como la noche, cubrían el cielo oscureciendo todo, de repente ocasionales destellos de relámpagos daban una fugaz pero tenebrosa sensación de que la Nada estaba devorando Fantasía. El aire frío daba una sensación de impotencia, una impotencia que sólo se podría sentir ante el fin del mundo. Lo único que queda es guardar respeto por la naturaleza.
El taxi me dejó justo enfrente del área de llegadas del aeropuerto, cinco minutos después llegó Belmont. Despues de los saludos y abrazos, nos apuramos a tomar taxi de regreso a mi casa, para dejar las maletas y decidir que hacer.
Afortunadamente la tormenta quedó atrás y en Toluca solo hubo una lluvia ligera. Después de discutir las opciones decidimos ir al Yamato, pues la ocasión ameritaba un delicioso ramen. Para nuestra mala fortuna estuvo cerrado. Por lo que decidimos ir al Fogao du Brasil.
Después de una abundantísima comida probando cortes de todo tipo, como picaña, sirloin, lomo, etc. etc. fuimos a mi casa, Belmont nunca había jugado Guitar Hero por lo que se lo puse y le gustó, no tanto como hubiese querido, pero le pareció entretenido. Ojalá decida comprárselo.
Era poco mas de media noche cuando los dos nos estábamos quedando dormidos enfrente de la tele. El por el cansancio propio de su trabajo y yo por la desveladota jugando wii. Nos dormimos como a la 1am, y justo a las 3:30am tocaron a la puerta.
Eran mis amigos de la oficina, Mariana, su esposo Angel, Manolo, quienes se habían ido de juerga para celebrar el cumpleaños de Liliana, y ahora llegaban a casa de Mario y su novia Johana para seguir la fiesta. Me habían invitado, pero como Belmont estaba cansado pues obviamente no fuimos.
Querían que me subiera al depto. de Mario para estar con ellos, debo aclarar que ya venían algo tomados, así que les dije que después de que se fuera Belmont subiría, ya que el tenía que tomar el autbús que va de Toluca al aeropuerto del DF a las 5am. Afortunadamente agarraron la onda y se fueron. Regresé a la cama, pero apenas iba a quedarme dormido cuando tocó Belmont. Era hora de despedirse.
En la esquina de mi casa, en Altamirano y Zapata hay un sitio de radiotaxis, nos despedimos y quedamos de vernos para julio en Poza Rica. Se subió al taxi y lo vi partir, cuando al fondo me percaté que Mario y Johana venían caminado. Me extrañó que estuvieran ellos en la calle mientras los demas seguían la fiesta en su depto.
Cuando los alcancé Johana se me avalanzó llorando. Habían peleado. Mario solo me hizo un gesto de negativa, reprochando la situación, se siguió caminando y me dejó ahí con ella. Parados, en medio de la calle, a las 4:30am, con el viento congelante corriendo. No sabía que hacer, todo pasó por mi mente. Desde que chida noche para sentirse miserable, hasta porque me pasa esto a mí, pasando por el "que necesidad tengo yo de estar aquí parado..."
Una amistad conlleva responsabilidades y por mucho que estemos en una situación incómoda, debemos apoyar a las personas que nos brindan su amistad, no importa lo que cueste. Mucho menos si te estás cayendo de sueño, congelándote y preguntandote por qué te pasa esto.
En esos momentos no pude evitar pensar en Keita y en Pei, en como ellos están en una etapa muy diferente, por así decirlo, en la parte de arriba de la rueda de la fortuna, y yo... en el limbo.
No sé, fueron muchas emociones y mucho que procesar, aun todavía me pregunto si lo que hice valió la pena. Pues después de intentar consolar a Johana y quedarse dormida en mi casa, subí con Mario para ver que onda y ahí estaban todos. Tomando y divirtiendose.
Mario me dijo que la relación ya se había agotado y que justo en ese momento habían terminado. Todos los demás empezaron a emitir sus opiniones y que no deberían de terminar, que lo pensaran con calma, etc. etc.
Yo no supe que decir, pasé por un divorcio el año pasado y he tenido problemas para volver a armar los pedazos de mi vida amorosa, sin mucho éxito. Supongo que no tengo opinión al respecto, sólo ellos basado en lo que sienten tomaran la decisión que crean la más adecuada para su relación.
Me despedí, o más bien dicho, me zafé como pude, pues sus ruegos de que me quedara y que me tomara una copa con ellos eran muy tentadores, sobre todo por la copa.
Desde hace como dos meses o quizás un poco más, he estado evitando deprimirme, no sé si a ustedes les pase pero es algo que sabes que se avecina, que te deprimirás y que no quieres hacerlo, por lo que lo he estado evadiendo a toda costa.
Como he dicho en varias ocasiones anteriores, gracias a mis amigos que me ayudan a distraerme y a sentirme bien he logrado evitar la depresión, sin embarbo, en esta ocasión me pareció que debía hacerlo, que de cierta forma necesito hacerlo.
Estar parado en medio de la calle fría, alumbrada por la amarillenta luz del alumbrado público, con el silencio suficiente para oir el viento correr entre las calles, me sentí en el limbo, ni triste, ni feliz, más bien desubicado, desesperanzado, sólo, abandonado. Lleno de una melancolía que buscaba a gritos salida y que por las circunstancias, no logró encontrar.
El domingo, me desperté a las 11:30am, sonó mi celular y era Kumo, quedamos para las 4:30pm en mi casa para reunirnos y ver que hacer, era una mañana solitaria en mi depto. Johana ya no estaba, ¿a dónde fue? Seguramente a casa de sus padres, pero realmente no me importó. Mi vida en ese momento una vez más era como la de un personaje de novela negra.
Llegué a mi laptop y Suldyn se conectó, le volví pedir disculpas. En ese momento me di cuenta que todos los integrantes de Antimateria estaban conectados, así que aprovechamos para grabar el podcast, cosa que mejoró muchísimo mi humor, olvidé lo que había sucedido y después de volver a solucionar problemas téncios el podcast quedó terminado.
Eran las 2pm cuando el partido de la selección empezó, pero como a mi no me gusta el futbol, aproveché para pasar un VHS de la película de los Transformers a DVD, y por fin verla. Me volví a quedar dormido. Cuando desperté, ya casi era la hora de que llegaran Kumo, Suldyn, el panda y Napo.
Sobra decir que pasamos una tarde entretenida jugand Burnout Revenge y Guitar Hero, una rica forma de pasar la tarde de un domingo. Después bajó Mario a cargar su iPod en Mi PC, me pidió disculpas por lo que había sucedido y seguía firme en su decisión de terminar con Johana, cosa que es muy respetable. Platicamos poco realmente, no había mucho que decir. Terminó de actualizar su música y se despidió, quedamos de vernos mañana.
Ahora me he quedado solo, aun no termina el domingo y aun no termino de procesar lo que pasó.
En estos momentos me siento tranquilo y contento, pero aun traigo rebotando dentro de mi esa melancolía.
Debo de estar loco. Quizás debería de ir con un psicológo. O debería de escribir un libro con todas estas anécdotas.
No...
Quizás sólo soy esto. Melancolía, genio y locura.