Y pensar que provengo de una época donde todo estaba hecho de metal y la depilación masculina era impensable.
No puedo evitar sentir rencor, tristeza y frustración por todo el bullying que sufrí durante la secundaria y la preparatoria que si bien no fue propinado directamente por compañeros, la necesaria auto represión que demandaba la sociedad me marcó por completo.
Viviendo y sufriendo en una atmósfera de ciudad chica, infierno jumbo. En donde se castigaba el pensamiento divergente al mainstream confortable. Quien diría que años después, el ser hipster sería recompensado con reconocimiento social y anorexia inherente porque para ser un buen hipster es necesario ser talla 29 como máximo. Claro, ser hipster no es la gran cosa actualmente, pero imaginen serlo en los 80's y 90's.
Aun así trato de sobrevivir al rencor que tengo para con la sociedad. De haber nacido 10 años después hubiera sido todo tan diferente, siendo un geek respetado o mejor aun un hyper trendy tecnológico, y desde luego un gay como si nada. Tanta es la frustración que menudo tormento me causa imaginar lo que pudo haber sido y no fue. Justo como este blog.